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Mostrando entradas de 2018

Farah, la africana que me devolvió la ilusión

Hasta entonces viví aferrado a una marca que en los ultimos años no se portó conmigo como yo creo lo fui con ella (o con ellos) y, como se suele decir, «la gota que colmó el vaso» fue el robo de Buri. La benda de mis ojos se desplomó. Lo cierto es que el cambio del trato personal en la casa oficial comenzó con la liquidación de la financiación que me ataba a ellos, a pesar de seguir acudiendo como un fiel cliente y amante de la marca. Igual suena injusto pero fueron varios los desencuentros que sentí. Y no ni uno, ni dos. Decidí entonces que no volvería a «casarme» con nadie. Había un modelo de otra marca que me había hecho tilín desde que lo vi en prensa por primera vez. Aun Buri estaba en casa así que en cierto modo ya le fui infiel en aquellas pensando en semejante burra que había salido al mercado para comerse con papas a la GS de BMW y, por consiguiente el resto de trails del mercado. Aun así, ya sin Buri, miré y consulté la mayoría de modelos del mercado que se ajustaban a mi...

Mi Lamento – homenaje a Buri, la moto que me hizo soñar-

Te arrebataron de mi lado y contigo se llevaron parte de mi. Aun me cuesta ver tu ausencia en el garaje. El estomago me da un vuelco cada vez que abro esa maldita puerta de seguridad y no te veo. Cada vez que me subo al coche y no veo tu figura a través del cristal del acompañante. Unos miserables sin ningún tipo de derecho han roto de un plumazo todos los sueños, proyectos, ilusiones que tenia junto a ti. Solo me quedan fotos y recuerdos. En estos 5 años me enseñaste que los sueños se cumplen, me ayudaste a sentirme mas seguro y fuerte, me sacaste una sonrisa y me hiciste feliz cuando mi vida dio un giro de 180 grados. Te cuidé y me cuidaste. Me hiciste cantar, reir y gritar de felicidad a través del casco, de pie sobre tus estriberas. Nunca podré olvidarte Buri. En cuanto pude te compré y ese mismo día cogimos un barco en nuestro primer viaje de aventura a Gran Canaria. En tus primeros 1000 km acumulaste 4 tarjetas de embarque y rodaste por tres islas. Contigo edité los capítul...

Cuando formo una V con mis dedos

Hay costumbres que no deberían perderse. Es como dar las buenas horas al entrar en un lugar concurrido por más personas. Como ceder tu asiento a una persona mayor, con alguna minusvalía física o una embarazada. No sólo es por ética o moral, es por educación y empatía. Es, o era, muy típico en el mundillo motero, realizar una V con los dedos índice y corazón a modo de saludo al cruzarte con otro compañero sobre dos ruedas. Es cordial y símbolo de compañerismo, pero últimamente mis V’s no son devueltas. Recuerdo en mi pasado viaje a la península ibérica como cada saludo era correspondido. Incluso tengo grabada en la mente como un hombre en una moto similar a la mía correspondía mi saludo efusivamente con el puño en alto a modo de victoria. Fue un diálogo mudo de pocos segundos en el que nos entendimos a la perfección, ambos cumplíamos un sueño y eufóricos nos lo hicimos saber. No sé qué ocurre aquí, pero de 10 compañeros moteros, te devuelven el saludo 3 o 4. ¿Se están perdiendo la...