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Mi Lamento – homenaje a Buri, la moto que me hizo soñar-

Te arrebataron de mi lado y contigo se llevaron parte de mi. Aun me cuesta ver tu ausencia en el garaje. El estomago me da un vuelco cada vez que abro esa maldita puerta de seguridad y no te veo. Cada vez que me subo al coche y no veo tu figura a través del cristal del acompañante. Unos miserables sin ningún tipo de derecho han roto de un plumazo todos los sueños, proyectos, ilusiones que tenia junto a ti. Solo me quedan fotos y recuerdos. En estos 5 años me enseñaste que los sueños se cumplen, me ayudaste a sentirme mas seguro y fuerte, me sacaste una sonrisa y me hiciste feliz cuando mi vida dio un giro de 180 grados. Te cuidé y me cuidaste. Me hiciste cantar, reir y gritar de felicidad a través del casco, de pie sobre tus estriberas. Nunca podré olvidarte Buri. En cuanto pude te compré y ese mismo día cogimos un barco en nuestro primer viaje de aventura a Gran Canaria. En tus primeros 1000 km acumulaste 4 tarjetas de embarque y rodaste por tres islas. Contigo edité los capítul...

Cuando formo una V con mis dedos

Hay costumbres que no deberían perderse. Es como dar las buenas horas al entrar en un lugar concurrido por más personas. Como ceder tu asiento a una persona mayor, con alguna minusvalía física o una embarazada. No sólo es por ética o moral, es por educación y empatía. Es, o era, muy típico en el mundillo motero, realizar una V con los dedos índice y corazón a modo de saludo al cruzarte con otro compañero sobre dos ruedas. Es cordial y símbolo de compañerismo, pero últimamente mis V’s no son devueltas. Recuerdo en mi pasado viaje a la península ibérica como cada saludo era correspondido. Incluso tengo grabada en la mente como un hombre en una moto similar a la mía correspondía mi saludo efusivamente con el puño en alto a modo de victoria. Fue un diálogo mudo de pocos segundos en el que nos entendimos a la perfección, ambos cumplíamos un sueño y eufóricos nos lo hicimos saber. No sé qué ocurre aquí, pero de 10 compañeros moteros, te devuelven el saludo 3 o 4. ¿Se están perdiendo la...

Bearventura’17 -Microrrelatos 4-.

La ilusión de mi primer día de aventura en solitario se desvaneció de golpe, al mismo tiempo que mi estómago se encogía al tamaño de un puño. No podía creerlo, nada mas puse el contacto a Buri el panel de información del ordenador de abordo me alertaba de la falta de presión en el neumático delantero. Se me acumulaban las preguntas y, las diferentes opciones de respuesta; -¿cómo había pinchado? ayer la había dejado perfectamente, ¿Dónde podía reparar el neumático? Joder si casi nunca se pincha la delantera, ¿en que momento ha pasado?, ¿La habrán desinflado? ayer cuando estacioné había chiquillos cerca, igual hicieron la ruindad. ¿Habrán entrado en mi blog?…-. Y entonces las repuestas se tornaron en nuevas preguntas en un bucle que, hasta el día de hoy, las posibles respuestas no quieren entrar de ningún modo en mi cabeza. Por suerte una gasolinera me daba la bienvenida todos los días al llegar y salir de aquel lugar. Y sin saberlo se convertiría en mi salvadora lo que me restaba de...

Bearventura’17 -Microrrelatos 3-.

Jornada de moteros, camaradería, solidaridad. Es día de grupo y de amistad. He quedado con Koldo y José Angel media hora antes para desayunar en la gasolinera anexa a la explanada donde se ha ubicado el punto de encuentro y salida de los Meseperos. Todo listo. Por las mañanas hace algo de fresco, unos 6 grados, pero creo que he pasado tanto calor este verano que este fresco me hace sentir super a gusto. Buri hoy no tiene que ir cargada así que me ahorro el trámite hoy de parecer una mula de camino a ella. -¡Que fresquito!-. Arranco y ¡plof! se acaba de fundir la luz de cruce. Cuando te compras una moto en la que su precio es directamente proporcional a su nombre pero desconcertantemente inverso a su calidad, al menos en ciertos aspectos, es cuando maldices a todos esos ingenieros que consiguen un millón de ayudas mágicas a la conducción y se meten la pifia de un sistema de alumbrado que sin saber por qué, cada ocho mil kilómetros, más o menos, funde la bombilla de cruce. Son las ...

Bearventura’17 -Microrrelatos 2-.

Después de la pasada tarde/noche épica y, una mas necesaria quizás, que merecida ducha, caí a plomo sobre la cama. Pocas energías me quedaban para entretenerme en hacerle ascos a un hostal fifty-fifty entre mediocre y barato. Mañana sería otro día y, me entregué a Morfeo con la certeza que me levantaría con mejor pie; al menos ya tenía claro que Buri despertaría en el garaje correcto. Después de un café con leche proveniente de las mismísimas calderas del infierno y un pan convertido en dos tostadas con tomate, aceite y jamón ibérico; todo por el ajustado precio de 2 euros, cargué nuevamente a Buri y tomamos dirección Salamanca. La idea era llegar sobre las 3 o 4 de la tarde. Esa ruta la planifiqué de tantas formas diferentes en el GPS, que ya tenía hecha la picha un lío de por donde me guiaría el aparato. El resultado final fue una etapa de carretera nacional muy tranquila, bonita y divertida, con pequeñísimos tramos de autopista intermedios y, uno final de mas kilómetros que me res...

Bearventura’17 -Microrrelatos 1-.

Llegó la hora de sentarse y escribir. De contar lo bonito y lo feo de ese viaje en moto en solitario por tierras ibéricas. Espero que las próximas líneas te resulten entretenidas y disfrutes de la lectura poco políticamente correcta y de los sucesivos capítulos de esta moto aventura. No voy a poner fechas porque al fin y al cabo considero que son datos irrelevantes. Simplemente llegó el día y, tenía unos sentimientos contrapuestos merecedores de la consulta de un psicoanalista y un diván. Había llegado el momento y, una parte de mi estaba eufórica de alegría y, otra parte quería arrastrarme a perder el dinero de un billete, de unas reservas y de un sueño con la oferta de disfrutar de mi casa, de mi hogar. Que cómoda y a la vez cabrona puede llegar a ser nuestra zona de confort. El barco que me llevaría a Huelva no estaba mal. Un minicrucero a lo low-cost, del que desee bajarme a las 8 horas de travesía; pero por el aburrimiento de ir solo más que por el barco en sí. Lo que sí eché en...

¿Qué representa mi zarpa? ¿Y mi apodo?

Con mis primeras pegatinas remití adjunta una carta manuscrita. En ella explicaba el significado de mi logo y mi apodo. Ciertamente me gustaría que no sólo quien me pidió una pegatina sepa su significado, sino que todos y todas entiendan que representa y los valores en ella reflejados. (Si tras leer la carta quieres una pegatina, solo tienes que escribirme un privado y vemos la mejor forma de hacértela llegar). «Llegué a este mundo en el año 1982. Justo en la misma década en la que, en los EEUU, nacía un movimiento alternativo dentro del ambiente gay formada por hombres fornidos, velludos y, con una actitud masculina alejada del estereotipo de homosexual afeminado, esbelto y depilado. Se les denominó bear (oso). Además de los aspectos físicos, a los osos se les identifica por tener ciertos valores comunes como la amistad, la solidaridad o la tolerancia. El oso es una persona sociable, que aprecia a sus amigos y familia, se acepta a sí mismo tal y como es, no se preocupa de los es...